Paula Ortiz está cosechando un nuevo éxito con su última película, ‘La Novia’, que tras pasar por la sección Zabaltegui del Festival de San Sebastián ha llevado a muchos a preguntarse porqué una obra así no está en la sección oficial.
El origen de esta historia lo encontramos en el campo de Níjar (Almería), el 22 de julio de 1928. Al parecer, ese día la pasión irrefrenable desvió el camino de una novia, alejándola del cortijo en el que iba a celebrarse su boda. Huyó con un primo suyo, el hombre al que realmente amaba. Sin embargo, el destino truncó su felicidad. Los encontraron a 8 kilómetros del cortijo; él, muerto, asesinado; ella, con las ropas desgarradas.
Lorca se topó con esta noticia en la prensa y la tomó como punto de partida para escribir una obra de teatro. Pero no una obra de teatro cualquiera. Más allá de las comedias y las farsas tan típicas de la época, el genio andaluz preferió en esta ocasión coquetear con la tragedia. Lorca sentía este género muy cercano a su tierra, Andalucía, y quiso crear una obra verdaderamente dramática. «Hay que volver a la tragedia. Nos obliga a ello la tradición de nuestro teatro dramático», afirmaba en una entrevista de 1934.
Lorca eligió un sugerente título para su obra: ‘Bodas de sangre: Tragedia en tres actos y siete cuadros’, que se estrenó en 1933. Nada más y nada menos que 82 años después, Paula Ortiz ha tomado la tragedia lorquiana para realizar su propia obra de arte. Con un reparto de lujo encabezado por Inma Cuesta, Luisa Gavasa, Álex García, Asier Etxeandía y el recientemente fallecido Carlos Álvarez-Nóvoa, la cineasta aragonesa ha dado vida al texto de Lorca, inundándolo de belleza, un guion muy acertado y mucha, mucha pasión en la interpretación.