Ayer por la noche, el señor Pablo Und Destruktion presentó su nuevo disco, Vigorexia Emocional, en la Lata de Zinc. Y como no podía ser de otra manera, allí me planté porque, aunque no soy muy de ser fan de nadie, con Pablo la cosa es diferente. Desde la primera vez que lo vi en el Local Paraíso, a él solo con su guitarra y sus letras cargadas de rabia, de ganas de decir la cosas a la cara y COMPROMETIDAS, me declaré seguidor de este pedazo de cantante asturiano.
Pablo y su banda nos hicieron vibrar ayer con temas nuevos y antiguos. La banda arropa y da más fuerza, si cabe, a las canciones. Tanta, que todos coreamos Limonov, un temazo del disco anterior, y también A veces la vida es hermosa, de Vigorexia Emocional.
Todo muy psicodélico y floklórico, lleno de rabia y poder, como siempre con Pablo. Además, el ambiente en la sala fue de lo mejor: viejos y nuevos adeptos nos mezclamos para darle nuestro apoyo al que para mí no sólo es un gran artista, sino también un autor comprometido con su tiempo y con su tierra.
Y ahora me voy a por cangrejos al río mientras os dejo con la selección de fotos que sacamos del evento.
