Casa Narciso, en Teverga, es un chigre muy especial porque, con más de doscientos años de historia, sorprende por su estado de conservación. Cuando abres esa puerta de madera y das el primer paso, inmediatamente te trasladas a otro tiempo y empiezas a ser consciente de la cantidad de gente que lo habrá pisado a lo largo de los años y la de cosas que habrán pasado allí.
Últimamente, además, este chigre emblemático es una caja de sorpresas. Desde hace unas semanas, su puerta de cuarterones funciona al estilo Narnia. Un día, paseando tranquilamente por La Plaza, escuchamos música y no pudimos evitar acercarnos. Cuando abrimos, allí encontramos a Pablo Und Destruktion con su guitarra cantándole a Gijón.
Este sábado pasábamos por allí y, además de escuchar música, vimos también un reflejo de luz roja que atravesaba la rendija. Al abrir nos encontramos con la electrónica de Octuvre y decidimos entrar, por supuesto. Allí estuvimos «contemplando la modernidad» desde los bancos cargados de historia de Casa Narciso. La electrónica de toque analógico de Octuvre, mezclada con un olor a torreznos único… y para acabar, ritmos bailongos pinchados por Kresy.
Hubo quien llegó hasta la puerta atraído por la luz pero, al abrir, se frenó en seco y parpadeó un par de veces ante lo que veían sus ojos. Los que nos atrevimos a entrar nos sumergimos de lleno en esa atmósfera tan especial y dejamos allí escrito otro episodio más para la historia de Casa Narciso.
