Hace poco veríais un cartel en la puerta del estudio (y en nuestro Facebook) anunciando que nos tomábamos un pequeño descanso… Vamos, que cerramos lunes y martes. Ya sabéis cómo va esto de ser autónomo! Lo importante de tener trabajo y de poder cerrar un par de días es poder estar cerca de la gente que quieres, y así lo hicimos. Primero, pasamos por casa de la familia a recoger avituallamiento para marchar a Extremadura y visitar a los papás de un pequeño colegui de 3 años. En realidad, los padres de mi amigo son amigos míos desde hace mucho tiempo, cuando vivíamos juntos siendo estudiantes en Salamanca. Lo mejor de los verdaderos amigos es la naturalidad con la que se retoma una relación que suele ir de año en año, por eso de que nos hacemos mayores y tenemos que trabajar; y ya si esa naturalidad se hace extensiva a los vástagos de los amigos, uno sale ganando más amigos, porque aunque sean pequeños siempre tienen algo que enseñarnos y gracias a eso regresamos con las pilas bien cargadas!
Pero además de visitar a los amigos, también nos dio tiempo de parar a la vuelta en Los Pilones de la Garganta de los Infiernos, en el Valle del Jerte. Allí, después de vivir un par de aventuras durante la subida a la garganta, lo pasamos como enanos dándonos un baño fresquito en aquellas impresionantes piscinas naturales con formas redondeadas y piedras gigantes talladas por el correr del agua y de los años. Desde luego, después de una caminata de unos 6km. por una bonita senda de robles, las aguas cristalinas de los pilones nos refrescaron. La próxima vez que estéis por el Jerte no dudéis en parar para un bañito, merece la pena, es un lugar precioso para descansar.
Así queda reseñada nuestra pequeña aventura por el sur de España en nuestro bólido sin aire acondicionado jajaja