El pasado viernes tuvimos la gran oportunidad de asistir al concierto que dio El Niño de Elche en la Lata de Zinc. Y decimos gran oportunidad porque no todos los días tiene uno la ocasión de escuchar a una persona que está rompiendo moldes y dando tanto que hablar con su música.
Acompañado por Raúl Cantizano, el Niño no defraudó. Con una voz impresionante, su poderío y esas letras críticas demuestran la gran calidad de un artista flamenco del s. XXI. Estamos acostumbrados a pensar que lo bueno siempre viene de fuera, o que los grandes innovadores son los ingleses, pero después de escuchar al Niño de Elche uno se da cuenta de que aquí también hay gente con mucho talento y, lo que es más importante, con la capacidad de reinventar un estilo de una manera novedosa y con mucho arte.
Nosotros solo podemos decir que disfrutamos de cada segundo del concierto y salimos de allí pletóricos, con muchas ganas de volver a escuchar al Niño de Elche en directo otra vez.
Y olé.